viernes, 9 de diciembre de 2011

Narcissus x alleniae

España es un país de narcisos. Unas 30 especies de las aproximadamente 50  diferentes que existen en el mundo habitan en nuestro país, algunas de manera exclusiva; no en vano los especialistas sitúan el origen geográfico mundial del género Narcissus en el Mediterráneo Occidental, y más concretamente en la España Peninsular. La presencia de los narcisos no suele pasar desapercibida ya que todas, o casi todas, las especies tienen vistosas flores, hecho este que ha provocado que desde antiguo sean objeto de cultivo y comercio.
Narcissus x alleniae
No cabe duda de que en una provincia de tanta riqueza botánica como la de Cádiz el género ha de estar bien representado. Una vez pasado el cálido y seco verano comienzan a florecer las primeras especies. Y en dos de éstas vamos a centrarnos.

Narcissus obsoletus es una presencia frecuente en prácticamente toda la provincia, pero a pesar de su abundancia, a los que no estén muy al corriente de las últimas noticias de taxonomía puede que no les suene el nombre. Pero si aclaramos que hasta hace poco los conocíamos con el nombre de Narcissus serotinus la cosa puede cambiar. Resulta cuando menos chocante que una planta tan conocida y cotidiana sea ahora objeto de controversia a cuenta de su nombre. Si se consultan publicaciones relativas a la especie, ya sean electrónicas o en papel, podemos encontrar diferentes versiones. Sin ir más lejos, en un artículo de marzo de 2011 aparecido en la revista Quercus se sigue llamando N. serotinus, mientra que a N. obsoletus se le cita en Málaga, afirmándose que ésta es su única localidad peninsular y que su nombre específico es sinónimo de N. elegans. Se dice también que esta especie se conocía en Baleares, pero que recientemente se ha descubierto una población de unos 3000 ejemplares en una localidad del norte de Málaga. El artículo lo firman tres autores solventes y en él hacen una completa síntesis de lo que hace falta saber del género, incluyendo un catálogo de 30 especies y 17 subespecies.
Narcissus obsoletus
Ante la diversidad de opiniones reinante, nosotros hemos recurrido a la que es la publicación botánica de referencia para la Península: Flora Iberica, editada por el CSIC. La obra está incompleta aún y no se ha editado el tomo correspondiente a las Amarilidáceas, pero el borrador del género Narcissus está disponible en la página correspondiente del Jardín Botánico de Madrid. Para resumir, el artículo de Flora Ibérica distingue tres especies bastante cercanas en este embrollo. Una, N. elegans, solo presente en la Sierra de Camarolos, en Málaga, además de en Baleares. Se distingue de las otras dos en que las hojas están presentes en la floración, además suele tener mayor número de flores, las hojas más anchas y la corona entera, sin dientes.  Las otras dos tienen en común que las hojas no suelen salir sino cuando se marchitan las flores, y de estas rara vez abren más de dos. Para distinguirlas miramos primero la corona: en N. serotinus tiene 6 dientes bien definidos y es de color amarillo pálido, mientras que en N. obsoletus tiene 3 dientes anchos que frecuentemente le dan una forma triangular y es de color amarillo vivo o anaranjado. El tubo de la flor de N. obsoletus es cónico, se ensancha gradualmente desde la base al extremo, mientras que en las flores de N. serotinus se ensancha bruscamente a la mitad, aproximadamente.
Narcissus x alleniae
Según Flora Iberica todos los narcisos otoñales de la provincia de Cádiz de flor blanca y corona diminuta pertenecerían a la especie obsoletus. N. serotinus se distribuiría por el suroeste peninsular y noroeste de Marruecos, y estaría en las provincias de Sevilla y Huelva, donde podría coincidir con obsoletus, pero faltaría en Cádiz. Suena raro que una especie dé un salto así en su zona de distribución, pero este tema lo trataremos con atención más adelante.
Narcissus viridiflorus
 Narcissus viridiflorus, el otro narciso del que queríamos hablar, no plantea problemas de nomenclatura ni de identificación. El poco habitual color verde de sus flores lo hace inconfundible: hay pocas plantas con flores de ese color en la flora  peninsular, y entre los narcisos solo ésta.  Es un endemismo iberonorteafricano, lo que en la práctica se traduce en que es bastante habitual en el norte de Africa pero que en la Península, y en Europa, solo lo podemos hallar en el sur de la provincia de Cádiz, ocupando buena parte del Campo de Gibraltar y extendiendo su área de distribución por la vertiente occidental de la provincia hacia el norte hasta el río Iro, en Chiclana. No podemos decir que sea el narciso más vistoso, pues a veces se escapa a la vista por el color y el aspecto algo desgarbado de sus flores, pero sin duda es una de las joyas botánicas de la provincia, y está catalogado como "vulnerable" tanto en la Lista Roja de la Flora Vascular de Andalucía de 2005 como en la de la Flora Vascular Española de 2008.
Narcissus x alleniae
Donde coincidan las dos especies en el espacio y el momento de la floración puede surgir la hibridación. N. viridiflorus florece algo más tarde que N. obsoletus, pero no es tanta la diferencia como para que no se solapen los períodos de floración de una y otra especie. Así que, en teoría, en las zonas donde crezcan ambas es posible encontrar híbridos. En la práctica solo habíamos visto algunos ejemplares aislados; los primeros en octubre del 2005. Hasta que en este otoño hemos tenido la suerte de localizar una población con varias decenas de ejemplares en plena floración. Podemos referirnos a ellos como Narcissus obsoletus x viridiflorus, pero lo normal es que se le de el nombre de Narcissus x alleniae, denominación que recuerda a la botánica británica Betty Molesworth-Allen. El número de flores por escapo es claramente superior al de N. obsoletus, y algunas veces a N. viridiflorus. Aunque algún que otro ejemplar tenía un par de flores, la mayoría tenía cuatro o cinco, y algunos más. También pudimos observar la tendencia a agruparse varios escapos florales, y contamos grupos de hasta ocho de ellos juntos; independientemente del número, sin la compañía de las hojas, como sus parentales. El color de las flores variaba desde casi blanco a amarillo vivo o amarillo verdoso. Los tépalos más estrechos y largos que N. obsoletus y generalmente algo curvados hacia atrás, pero no reflejos como N. viridiflorus, y también algo retorcidos. La corona siempre con seis dientes, como N. viridiflorus, y de color amarillo a amarillo verdoso, siempre más oscuras que los tépalos. Imposible confundirlos con sus padres, con los que convivía en la misma zona. Todavía era fácil ver flores de N. obsoletus, aunque saltaba a la vista por la gran cantidad de escapos con frutos, que una semana antes o dos aquellos prados debían estar teñidos de blanco. Los N. viridiflorus estaban en franca minoría, pero los que encontramos se encontraban en plena floración, con todas las flores abiertas y sin apenas frutos aún.
Narcissus x alleniae
Un hallazgo que estamos muy satisfechos de haber contemplado pero del que quizás no convenga hacer demasiadas precisiones, porque tenemos cada vez más pruebas de que hay gente que sustrae bulbos de especies escasas o protegidas, suponemos que para negociar con ellos. Es necesario estar atentos para evitar el saqueo de nuestro patrimonio natural.pues a veces el narciso m,,, y a

7 comentarios:

  1. Creo que vuestro artículo es muy intersanete y acertado, pero al describir N. x alleniae, los parentales son N. obsoletus y N. viridiflorus.

    El híbrido N. serotinus x N. viridilfours es posible, pero se da en Marruecos, no en España donde no se produce el encuentro entre estas dos especies.

    Como bien apuntáis N. serotinus aunque baja hasta Huelva, se queda en Sevilla donde se produce un solapamiento dando un rango de formas híbridas entre N. obsoletus y N. serotinus.

    Algunos autores sugieren que el origen de N. obsoletus se produjo a través de la hibridación exitosa entre Narcissus elegans y Narcissus serotinus.

    Volviendo a N. x alleniae, se producen dos nothovariedades, dependiendo que quien aporta el gameto femenino. La nohtovariedad alleniae, sería la que fue descrita y yo he propuesto llamar nothovar. rutherfordii cuando es N.viridiflorus la madre, en honor al legitimo descubridor de este híbrido.

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  2. Hola Rafael
    Tienes toda la razón. Es un lapsus ocasionado por la costumbre de llamar serotinus al obsoletus. De hecho, al principio del artículo lo aclaramos, pero luego hemos cometido el fallo de seguir llamando serotinus al obsoletus, lapsus que ya estoy corrigiendo sobre la marcha.
    Gracias de nuevo.
    Además, tanto a Paco como a mi,nos halaga que entren en nuestro blog gente tan experta que enriquecen y de que manera nuestra pequeña aportación a la Botánica.
    Nosotros somos generalistas, tocamos todos los palos, así que no ponemos en duda las observaciones tanto tuyas como las de Alfredo, ambos expertos en Narcisos por lo que estamos viendo.
    Tienes toda la razón cuando comentas que Flora iberica deja mucho que desear en algunos géneros, pero alguna referencia teníamos que coger, independientemente de que no conociéramos ni vuestro trabajo ni las fuentes en las que os alimentáis.
    Seguiremos con entusiasmo vuestras sugerencias en otras entradas que saldrán de narcisos y demás plantas.
    Para eso hemos hecho el blog.
    Un abrazo.
    Javier.

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  3. Blog muy interésate, por cierto!...
    Quisiera aprovechar vuestro blog como vehículo para poner de manifiesto, los peligros reales que recaen sobre los narcisos de Cádiz. No os falta razón al indicar que hay sustracciones de bulbos, comercio etc.. mejor no dar muchas pistas sobre este tema. Pero lo que realmente pone en peligro no solo las poblaciones, sino su futuro evolutivo es el urbanismo, en concreto en la zona de Sancti Petri donde hay auténticos laboratorios genéticos al borde de la extinción. Hablo de fincas, donde se están produciendo nuevas especies que tiene los días contados. Si no se protegen desaparecerán los únicos lugares posibles de la Península Ibérica, donde los narcisos de otoño pueden seguir su evolución.
    abrazo

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  4. Hola Rafael.
    Totalmente de acuerdo, aún más peligroso si cabe que la recolección de particulares es la destrucción del urbanismo incontrolado. Solo quedan islas entre tanto cemento costero en la zona de Sancti Petri y como bien dices, pocos lugares (o ninguno) como este para observar de manera natural el fenómeno de la hibridación de los narcisos otoñales.
    Y que no te quepa la menor duda, desaparecerán sin que se tomen medidas;a lo sumo, la recolección a última hora de los ejemplares para traslocarlos o acabar en algún jardín botánico.
    Al fin y al cabo, ¿a quien le importa esto sino a tres o cuatro chalados como nosotros?

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  5. El turismo que atraería hacia Cádiz estas plantas sería equiparable a la atracción de turismo botánico que hay en Israel con sus Royal Iris.

    A ver si el año que viene os marcáis un artículo sobre N. cavanillesii y sus híbridos N. x perez-larae y N.x xanthochlorus. Otro artículo interesante sería desenmarañar el grupo N. pannizianus, N. polyanthos, N. papyraceus.
    arbazo.

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    Respuestas
    1. Hola Rafael
      Para que ello fuera factible, tendríamos que parecernos al menos a los
      israelitas.
      Cuando pasen varias generaciones y hayan desaparecido estas joyas
      botánicas, vendrán los lamentos, del que tanto nos alimentamos los
      españoles.
      Esto no le interesa a nadie. Somos el culo del culo a nivel europeo, así
      que lo llevamos claro.
      Y respecto al híbrido N. x xanthochlorus, desde que vimos N. x allenie no
      dudábamos de su existencia pero hasta el momento no hemos tenido la fortuna
      de encontrarlo, aunque ya sabemos de su existencia en Chiclana.
      A ver si este año lo logramos.
      Un abrazo.
      Javier

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    2. Hola Rafael.
      Somos conscientes de la inmensa suerte que tenemos de vivir en una provincia con tal riqueza botánica, pero me temo que en estos lares se entiende poco nuestra afición. Lo normal es que te miren como a un bobo o un loco cuando te ven agachado ante alguna planta; solo alguno te concede el beneficio de la duda y piensa que estás buscando espárragos o tagarninas.
      Ya me gustaría a mí que en nuestro país hubiera mayor respeto por la ciencia y la naturaleza, pero por ahora tenemos que seguir pensando en la gente de fuera que se sienta atraída por estas especies, con la esperanza de que el aprecio por ellas vaya calando en la población local antes de que extingan.
      Un abrazo.

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