Paronychia capitata es una planta perenne perteneciente a la familia de las Caryophyllaceae cuya distribución general abarca la Región Mediterránea.
Paronychia capitata |
Población de Paronychia capitata |
Las citas más antiguas corresponden a Pérez Lara donde las encuentra en Las Canteras, Puerto Real, (1886) y en Sanlúcar de Barrameda (1891) y C. Vicioso, en El Puerto de Santa María(1933), que las localizan en el litoral gaditano.
Paronychia capitata |
Los datos más recientes corresponden a Galiano, Gibbs & Silvestre (entre Villamartín y Algodonales: sierra de la Nava , 1969) y Silvestre, nuevamente en 1975, que la encuentra en Bornos, sobre calizas. Aparicio y Cabezudo la citan en su Catálogo Florístico de la sierra de Líjar, Algodonales, y Flora Vascular de Andalucía Occidental en Grazalema, sin especificar localidad.
Paronychia capitata |
En 2005 encontramos unas cuantas decenas de ejemplares en la sierra de San Cristóbal, en El Puerto de Santa María, en una cantera de calcarenitas abandonada, formando una pequeña población sobre terreno rocoso removido, confirmando así su presencia en esta localidad y por tanto en el litoral gaditano.
Paronychia capitata |
Son muy características de esta especie sus vistosas brácteas, que tienen una textura como de papel de seda y que más que blancas son casi plateadas. Estas hojas transformadas envuelven las pequeñas y poco atractivas flores, e incluso ocultan las hojas, terminando las plantas por presentar el aspecto de un conjunto de rosetas de brácteas. La población de la sierra de San Cristóbal se asienta sobre un pedregal donde salta a la vista que pocas plantas son capaces de prosperar, contrastando los ejemplares de Paronychia capitata sobre el suelo casi desnudo, sobre todo cuando los miramos a contraluz.
Caracol Theba pisana arietina, endemismo de la sierra de San Cristóbal, sobre Paronychia capitata |
Esta no es la única especie interesante de flora o fauna que podemos encontrar en la Sierra de San Cristóbal, sino una más que refuerza los argumentos a favor de que se la dote de una protección legal que proteja sus valores naturales y los defienda de tantas agresiones a que se ve sometida, desde las basuras y escombros a los descerebrados que la toman como una simple pista donde hacer el bestia con sus motos y quads, destrozando de paso el suelo. Ya va siendo hora de que políticos y conservacionistas se fijen en esta zona tan valiosa de la provincia.
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