El esfuerzo de
varios años buscando a la orquídea Serapias vomeracea en Cádiz puede
parecer estéril si decimos que no hemos llegado a encontrarla, pero el hecho de
poder descartar, a menos que alguien pueda demostrar lo contrario, la presencia
de esta especie en la provincia es un hecho a tener en cuenta. No hemos sido
los primeros en llegar a esta conclusión, ya que botánicos con mucho más
conocimiento que nosotros de la familia Orchidaceae han tenido antes esta misma
idea, aunque nos hayamos enterado hace poco.
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1. Serapias occidentalis |
La búsqueda nos permitió
además encontrar ejemplares de Serapias strictiflora de epiquilo excesivamente
ancho, lo que nos llevó a la subespecie elsae,
y de Serapias
cordigera de epiquilo atípico por lo estrecho, y que también nos
hicieron pensar en Serapias vomeracea, pero en todos los casos el epiquilo era
siempre demasiado ancho para esta especie. El mismo trabajo que nos desveló a Serapias
strictiflora subsp. elsae nos ha puesto ahora sobre la
pista de Serapias occidentalis.
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2. Serapias occidentalis |
Serapias
occidentalis fue descrita en el artículo A new Tongue-orchid (Orchidaceae)
in southwest Spain: Serapias occidentalis de
Caspar Venhuis, Pepijn Venhuis y Albertine C. Ellis-Adam, publicado en 2006 en
los Anales del Jardín Botánico de Madrid. En él se da por hecho, sobre la base
de los estudios realizados veinte años atrás por diferentes autores, que Serapias
vomeracea no existe en el suroeste de la Península Ibérica
y que las citas de los 150 años anteriores corresponden a otros taxones; en el
litoral probablemente a Serapias strictiflora en cualquiera
de sus dos subespecies: strictiflora o elsae. Aceptan, además,
el mapa de distribución propuesto por Javier Benito Ayuso y José Manuel Tabuenca
Marraco en su artículo Apuntes sobre
Orquídeas Ibéricas, de 2001, en que la presencia estimada de Serapias
vomeracea se reduce al centro (Madrid) y cuadrante nordeste de la Península.
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3. Serapias occidentalis |
La descripción de S.
occidentalis es fruto de las investigaciones sobre el género Serapias iniciadas en 2004 por los
holandeses Venhuis, junto con J. G. B. Ooestermeijer y P. H. van Tienderen, y
cuyos resultados publicaron en 2007 en otro artículo, Morphological
systematics of Serapias L. (Orchidaceae) in Southwest Europe. Se estudiaron
ejemplares de todas las especies del género Serapias presentes en Portugal,
España y Francia, observando y midiendo diferentes características de cada uno,
tanto cualitativas como cuantitativas. En virtud de los resultados del
tratamiento estadístico de los datos obtenidos definieron el nuevo taxon a
partir de especímenes recolectados en Extremadura: Serapias occidentalis, de
características intermedias entre Serapias vomeracea subsp. vomeracea (la subespecie de S.
vomeracea que crece en el Mediterráneo Occidental) y Serapias
cordigera, lo que los autores interpretaron como un proceso de hibridación
entre estos dos taxones.
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4. Serapias cordigera (1) y Serapias occidentalis (2, 3 y 4) |
El híbrido entre Serapias
vomeracea subsp. vomeracea y Serapias
cordigera ya estaba descrito desde 1926 por Camus bajo el nombre Serapias
x kelleri, citado de zonas de Italia, Francia y Grecia, y que se había
hallado esporádicamente solo donde crecen juntos y en abundancia ambos
parentales en una misma zona. Pero no se debe confundir este híbrido con S. occidentalis,
que sería una especie generada por hibridación, una notoespecie que se autoperpetúa
y forma poblaciones sin necesidad de cruzamiento entre los parentales. Llegado
el caso también se pueden diferenciar, aunque a primera vista su aspecto es
parecido: S. x kelleri tiene dos laminillas divergentes en la base del
labelo, parecidas a las de S. cordigera, mientras que S. occidentalis las tiene
paralelas o divergiendo levemente el extremo de las mismas, además están tan cercanas
entre sí que recuerdan a las de Serapias strictiflora, no solo por
la proximidad sino porque el espacio entre ambas tiene algo más de espesor que
el resto del hipoquilo, de manera similar al callo único acanalado de los
ejemplares de S. strictiflora que estamos acostumbrados a ver en Cádiz.
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5. Serapias occidentalis |
Los estudios
mencionados confirman que la forma y disposición de la(s) callosidad(es) de la
base del labelo son constantes en cada especie del género Serapias y distintivas de cada una. Es una característica muy
estable tanto en S. occidentalis como en sus parentales, y no solo la diferencia
de S.
x kelleri sino de S. vomeracea, que también tiene dos
láminas paralelas, pero más separadas entre sí, y de S. cordigera, que, como
hemos dicho, tiene dos láminas formando un ángulo agudo.
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6. Serapias cordigera (1) y Serapias occidentalis (4) |
Los análisis
filogenéticos demuestran que S. occidentalis es intermedia entre S.
vomeracea subsp. vomeracea y S.
cordigera, indicando el origen híbrido de la primera, y que en el grupo
en que están incluidas, las especies se separan principalmente en base a la
anchura del epiquilo, que en S. occidentalis es intermedia entre
la del de las otras dos especies - de 10 a 28 mm de largo y de 8 a 19 mm de ancho en la descripición original -, pero su disposición es similar a la de S. cordigera,
aproximadamente paralela al tallo. El casco de la flor también tiene una
posición similar a S. cordigera, más o menos horizontal y perpendicular al tallo,
mientras que en S. vomeracea es erecto. En esta especie es característico que
la bráctea supere ampliamente en longitud al casco, cosa que no ocurre en S.
occidentalis y en S. cordigera. Según el análisis
discriminante S. occidentalis tiene un hipoquilo claramente más largo y ancho
que S. vomeracea subsp. vomeracea, y se distingue de S. cordigera por un
epiquilo más estrecho y una inflorescencia más laxa, aparte de por la forma y
disposición de las láminas de la base del labelo. Además, S. occidentalis tiene una
media de 4 flores por tallo, cuando S. vomeracea
subsp. vomeracea y S.
cordigera tienen 6 de media por inflorescencia. Algunas dimensiones de S.
occidentalis son mayores que en las otras dos especies, lo que no es
raro en los especímenes de orquídeas de origen híbrido; por ejemplo la longitud
tanto del epiquilo como del ovario. Los autores apuntan la posibilidad de que su
área de distribución se extienda al centro y suroeste de la Península, llegando
hasta Andalucía.
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7. Serapias cordigera |
Francisco María
Vázquez Pardo, quien nos puso tras la pista de Serapias occidentalis con
su Revisión
de la familia Orchidaceae en Extremadura (España), publicada en enero
de 2009, la acepta como notoespecie, nombrándola como Serapias x occidentalis,
con “x” para indicar su origen híbrido (en la bibliografía se puede encontrar
el binomio con o sin “x”). Confirma su presencia en la cuenca media y alta del
Guadiana, en la provincia de Badajoz, y enuncia la posibilidad de que sea un
taxon endémico del suroeste de la
Península, pero cuestiona los métodos de los Venhuis y sus colaboradores,
argumentando que seleccionaron los ejemplares de mayores proporciones y desecharon
los de dimensiones pequeñas, resultando un estudio sesgado. Propone a cambio la
descripción de una nueva especie, Serapias maria, en Extremadura, de
modo que S. occidentalis sería el híbrido de S. cordigera con esta
nueva especie.
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8. Serapias cordigera |
En la publicación
más reciente que conocemos sobre el tema, que es el artículo Serapias
occidentalis (Orchidaceae): appearance and distribution, de Joaquim
Pessoa, Luísa Borges y Caspar Venhuis, aparecido en 2011, se rebaten en parte
las tesis de Vázquez Pardo, con la argumentación de que se ha comprobado que en
el campo no coincide S. occidentalis con S.
cordigera, ni con S. maria, por lo que un híbrido
entre estas dos especies sería altamente improbable. Los autores ofrecen las
primeras citas de S. occidentalis de Portugal y opinan que es un taxon de
apariencia muy variable: si tienen el epiquilo ancho pueden parecerse a S.
cordigera, si lo tienen estrecho pueden recordar a S. vomeracea y los
intermedios a S. lingua. Además sostienen que los ejemplares identificados
como Serapias
maria serían Serapias occidentalis de flores
especialmente pequeñas.
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9. Serapias occidentalis |
Independientemente
de la controversia que aún existe sobre el origen de S. occidentalis estamos
convencidos de que los ejemplares similares a S. cordigera de epiquilo estrecho
que hemos encontrado en el litoral de Cádiz pertenecen a esta reciente especie.
En estos ejemplares las características que han sido consideradas por los
autores de los trabajos anteriormente mencionados como definitorias de la
especie – las laminillas casi paralelas del labelo y las dimensiones de
hipoquilo y epiquilo – se ajustan a las de la descripción, de manera que se
llega sin dificultad S. occidentalis siguiendo las claves
del género Serapias que incluyen tanto
los Venhuis y Ellis-Adam en su
artículo de 2006 como Vázquez Pardo en su revisión de las orquídeas extremeñas de 2009.
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10. Serapias occidentalis |
Si bien cumplen los
caracteres más importantes, los ejemplares que hemos encontrado no se
corresponden a la perfección con las descripciones de S. occidentalis, pero dado
que los expertos aún no se ponen de acuerdo sobre los detalles – de hecho las
dos descripciones que hemos encontrado no coinciden del todo –, no consideramos
que esto sea un obstáculo insalvable. Tampoco los ejemplares de S.
cordigera que crecen en Cádiz se ajustan del todo a las descripciones,
de hecho las que hemos consultado en distintas publicaciones difieren entre sí.
Así, según Flora Iberica la longitud del epiquilo de S. cordigera estaría
entre 17 y 31 mm
con un mínimo de 13 y su anchura entre 13 y 21 mm con un mínimo de 9; en
la obra de Vázquez Pardo, la longitud del epiquilo estaría comprendida entre 12
y 28 mm,
con un máximo de 32 y la anchura entre 10 y 18, con un máximo de 23. Pero
cualquier botánico o naturalista aficionado en Cádiz que se haya tomado interés
por las orquídeas habrá tenido ocasión de ver ejemplares de dimensiones
superiores, como el del pliego de la figura 4, en que la longitud
del epiquilo alcanza los 32 mm
y la anchura los 29. Este ejemplar no es una rareza, sino que es bastante
representativo de los que se pueden encontrar en el litoral de la provincia y,
quizás con más frecuencia, en la comarca del Campo de Gibraltar. Los ejemplares
que tenemos por S. occidentalis se ajustan a las descripciones publicadas tanto
o más que los reconocidos en la provincia como S. cordigera.
Entre las
características que no se ajustan del todo a la descripción de la especie
tenemos el caso de algunos especímenes en que los lóbulos del hipoquilo no se
solapan con la parte superior del epiquilo. Entre estos están algunos que
tienen el epiquilo de menor tamaño y forma más estrechamente lanceolada, a los que en principio consideramos como
posibles híbridos de S. cordigera y S. strictiflora. Y la
verdad es que no descartamos la hibridación entre las diferentes especies de Serapias que pueblan el litoral
gaditano.
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11. Serapias occidentalis |
Según Vázquez Pardo,
S.
occidentalis coincide en floración con todas las especies del género Serapias, salvo con S. strictiflora, aunque
posteriormente los Venhuis y sus colaboradores han cuestionado esta afirmación.
En el litoral de Cádiz hemos observado a S. occidentalis conviviendo en los
mismos hábitats con el resto de las Serapias gaditanas, incluyendo a S.
strictiflora pero exceptuando a S. lingua, de la que estamos casi convencidos de
que no existe en el litoral de la provincia. Nosotros no la hemos encontrado
hasta ahora y Benito Ayuso y Tabuenca Marraco se encargaron de revisar los
pliegos que atestiguaban su presencia, renombrando la mayor parte de los especímenes
como S.
strictiflora. Del resto de las citas que conocemos solo nos parece que
podría ser válida una, la de Luque y Valdés de 1978 en El Puerto de Santa
María, pero allí no tenemos localizado ningún ejemplar de S. occidentalis.
Puede parecer
chocante que aparezca un taxon de origen híbrido como S. occidentalis y no
estén presentes sus dos parentales, pero misterios como este nos ha ofrecido la
botánica en la zona, como el caso de Narcissus
x perezlarae, que en Cádiz convive con los parentales y aparece donde
ambos son abundantes, sin que hayamos comprobado hasta ahora que los híbridos
sean fértiles, mientras que en Alicante solo se encuentra uno de los parentales
y los híbridos son fértiles y se reproducen con más éxito que sus progenitores.
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12. Serapias x cordigera |
Para nosotros el
asunto de las Serapias de Cádiz no se ha cerrado con la identificación de S.
occidentalis, puesto que aún encontramos especímenes difíciles de clasificar (Figuras 12 y 13).
La mayoría tienen en común sus láminas paralelas o casi, bastante próximas
entre sí, y el espacio entre ellas suele tener mayor grosor que el resto del
labelo, pero la forma y dimensiones de este no coinciden con las descripciones
de las especies presentes en la provincia. Dada la variabilidad de la especie, que Pessoa,
Borges y Venhuis apuntaron y que nosotros confirmamos, es una tentación
asignarlos, por eliminación, a S. occidentalis, pero no queremos
caer en el error de atribuir a esta especie todos los especímenes que no
encajen en el resto de descripciones, como ya nos pasó con S. vomeracea. Quizás su
origen sea híbrido, puesto que, como se ha dicho, ejemplares de diferentes taxones comparten hábitat, pero
demostrarlo requeriría un trabajo más detenido, y quizás estudios moleculares
que no están al alcance de aficionados como nosotros, así que hay trabajo para
los expertos.
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13. Serapias x cordigera |
Una de las
conclusiones es que el género Serapias está insuficientemente conocido en la
provincia de Cádiz, que todavía hay mucho que estudiar por parte de
especialistas y aficionados. Otra es que el litoral de Chiclana y Conil, además
de su riqueza botánica, es un laboratorio donde se están produciendo aún nuevas
especies. Una zona a proteger, de la cual buena parte está ya destrozada por la
urbanización.
El tiempo dedicado
y los kilómetros recorridos buscando la Serapias vomeracea nos han permitido, a
cambio de la propuesta de borrado de esta especie del catálogo provincial, la
de añadir dos taxones del mismo género en su lugar. Nunca la fracasada búsqueda
de una planta nos había resultado tan fructífera.
Buenas tardes Don Paco imagenes claras e informacion precisa. Hemos publicado su espacio en nuestro site [ http://robustemagazine.wordpress.com/liens/flore/ ]
ResponderEliminarMerci beaucoup.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn post genial. Fantástica explicación, (abrumadora para un neófito, pero muy interesante). Enhorabuena por el blog.
ResponderEliminarGracias Angel. Nos alegra que te guste el post y nuestro blog.
EliminarY disculpa que hayamos tardado tanto en responder, pero es que últimamente tenemos un poco abandonados el blog y la botánica.
Hola Paco,
ResponderEliminarMe gustaría saber las fechas de floración de vuestras localizaciones en Cádiz,
ya que en principio tengo pensado ir a Extremadura para ver S. occidentalis y
S. perez-chiscanoi y si podemos coincidir en alguna fecha para poder ver estas
poblaciones de Cádiz.
Un saludo,
Luis Salvador - www.ophrys.cat
luissalvador718@gmail.com
Hola Luis.
EliminarDisculpa la tardanza en la respuesta, pero estoy ocupado con otros temas y tengo un poco abandonado el blog y la afición a la botánica. Hasta que hicimos esta entrada no separamos la S. occidentalis y la S. cordigera, y desde entonces no hemos seguido trabajando el tema. No sé si aún te resultará útil la información, pero los registros que tengo anotados de S. cordigera en la zona donde hemos encontrado luego la S. occidentalis están comprendidos entre la segunda quincena de marzo y la primera de mayo.
A ver si más adelante podemos quedar, pero esta primavera va a se imposible.
Un cordial saludo.
Me ha parecido un artículo muy interesante y bien trabajado. En la Sierra de Huelva ocurre algo parecido a lo que comenta en Cadiz, yo he tenido por vomeracea unas plantas que han resultado S occidentalis, el otro día casualmente encontré en el campo a F Maria Vazquez y me clarificó el tema. Unas plantas las de aquí enormes y coincidiendo con S strictiflora en lugar y tiempo
ResponderEliminarHola Paco.
EliminarMuchas gracias, espero que la entrada te haya sido útil. Javier y yo no hemos seguido con el tema desde que la publicamos, en parte porque llegamos hasta donde podíamos llegar unos simples aficionados como nosotros, en parte porque hemos tenido desde entonces poco tiempo para dedicar a la botánica, y en parte porque el poco que hemos encontrado lo hemos empleado en otras especies.
En cualquier caso, gracias por la información.
Un cordial saludo.
Hola, hace un par de meses publiqué en mi "Almanaque Natural" una entrada sobre Serapias. Conozco muy bien el cuadrante SW de Ciudad Real y daba por hecho que tenía fotos de S. vomeracea. Luego pedí fotos a mis amigos y resulta que tampoco tenían. Ya tengo mis dudas respecto a su presencia en los numerosos bonales de esa zona. En Flora Ibérica te dan su presencia en Badajoz, otros trabajos sobre bonales de CR también, pero ya no sé que pensar hasta que nos la vea yo mismo.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por estas entradas tan bien documentadas y que también me han servido para realizar la mía.
Salud y campo