miércoles, 12 de junio de 2013

Cistus ladanifer subsp. mauritianus

Las especies del género Cistus, que da nombre a la familia en la cual está incluido – la de las cistáceas (Cistaceae) – reciben variados nombres, entre los que se repiten el de jara, jaguarzo y estepa. Pero la jara por antonomasia es Cistus ladanifer, la jara de ládano o jara pringosa, llamada así por la substancia pegajosa que segrega, y que tiene utilidad medicinal y en perfumería.
1. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche, Conil
Género y familia son muy característicos de la vegetación mediterránea y están ampliamente representados en la Península Ibérica, ya que la familia de las cistáceas tiene su principal centro de diversificación en la región mediterránea.
2. Cistus ladanifer subsp. ladanifer cerca de Aljezur, Portugal
En Flora iberica se le reconocen tres subespecies, entre las cuales la más ampliamente distribuida es la nominal de la especie, Cistus ladanifer subsp. ladanifer, que habita el sur de Francia y la Península Ibérica. En la Península es frecuente en la mitad occidental y escasea en el norte y este, crece sobre suelos generalmente silíceos y también sobre pizarras y granitos.
3. Cistus ladanifer subsp. sulcatus en Cabo San Vicente, Portugal
La subespecie sulcatus, que tiene las hojas más cortas y anchas, es endémica del suroeste de Portugal (Algarve y Baixo Alentejo) y crece en suelos arenosos sobre roca caliza. En los acantilados expuestos al viento, como en Cabo San Vicente, son característicos los ejemplares postrados y de porte almohadillado que no levantan medio metro de altura, aunque en zonas más resguardadas alcanzan una altura de casi dos metros, con una silueta más alargada y follaje menos denso, similares al de los ejemplares de la subespecie anterior.
4. Cistus ladanifer subsp. sulcatus en Cabo San Vicente
La tercera subespecie aparece en Flora iberica como Cistus ladanifer subsp. africanus, pero recientemente se ha admitido que la denominación mauritianus tiene preferencia sobre africanus. Se distingue principalmente por sus hojas con pecíolo, del que carecen las de las otras dos subespecies. Es la única subespecie de jara pringosa presente en el norte de Africa, donde habita sobre areniscas y pizarras.
5. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
Según Demoly y Montserrat, autores del género Cistus en el tomo III de Flora iberica aparecido en 1993, en la Península – y en Europa – solo se encuentra en la Serranía de Ronda, sobre suelos serpentínicos o ultrabásicos, lo que ya es un contraste importante con sus preferencias en el norte de Africa, donde ha sido calificada de calcífuga por algunos autores. Posteriormente se ha confirmado su presencia en la provincia de Cádiz sobre areniscas, concordando con las poblaciones del otro lado del Estrecho.
6. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en la Vereda del Grullo, Conil
Nunca le habíamos prestado mucha atención a la jara pringosa porque al ser una planta tan común y reconocible dábamos por hecho que ya se sabía de ella todo lo que había que saber, hasta que encontramos una población en Roche que se apartaba de los esquemas que teníamos en mente para la especie: follaje denso, porte bajo y achaparrado, en buena parte de los casos casi almohadillado (foto 5).
7. Cistus ladanifer subsp. sulcatus en Cabo San Vicente
Al consultar Flora iberica descartamos rápidamente que se tratase de la subespecie africanus por lo específico y limitado de su hábitat en la Península, y entre las subespecies ladanifer y sulcatus parecía ajustarse más a esta última, por su porte, follaje más denso y hojas más redondeadas. El hábitat parecía también similar: acantilados calizos al borde del mar, aunque el tipo de piedra caliza de Roche – piedra ostionera – es diferente del que predomina en el litoral sur de Portugal.
8. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
La clave de identificación incluida en Flora iberica no resultaba muy aclaratoria, ya que basa la distinción entre estas dos subespecies en que los nervios sean apenas visibles (ladanifer) o bien visibles (sulcatus) en el haz de las hojas, y esto puede resultar algo subjetivo. A nosotros nos pareció que en los ejemplares de Roche se veían claramente los nervios de las hojas (foto 9), así que parecía que las piezas encajaban; hubo un momento en que estábamos convencidos de haber encontrado una población de una especie que hasta el momento era endémica de Portugal, con lo que cometimos una de las mayores meteduras de pata en todos los años que llevamos de afición a las plantas.
9. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
A pesar de la euforia del momento no nos confiamos y hemos seguido insistiendo. Desde entonces hemos encontrado algunas deficiencias en la descripción de la especie en Flora iberica, principalmente en lo que se refiere a las brácteas, ya que solo se le dedican tres palabras; literalmente: “brácteas ciliadas, caedizas”. Hemos llegado a la conclusión de que es un aspecto importante que no se trata de manera adecuada.
10. Cistus ladanifer subsp. ladanifer cerca de Aljezur
En todos los ejemplares de jara pringosa que hemos visto hasta ahora hemos observado que en la base de los pedicelos de las flores hay dos pares de brácteas escariosas, pardas, con cilios en el borde, situadas muy juntas y casi imbricadas como tejas (foto 10), y que suelen caerse rápidamente durante la floración, aunque a veces una o varias quedan adheridas por el ládano (fotos 11 y 12). Por debajo de estas se pueden ver entre dos y cuatro pares de lo que parecen hojas con la base ensanchada y cóncava, que nosotros entendemos que también son brácteas (fotos 11, 12). También son caedizas, aunque generalmente más duraderas que las anteriores, y al contrario de estas no están imbricadas.
11. Cistus ladanifer subsp. ladanifer en la Dehesa de Las Yeguas, Puerto Real
El segmento folioso de estas brácteas tiene desigual longitud, desde unos milímetros a varios centímetros (fotos 8, 12, 18, 19). Hay que decir que el resto de las hojas de las ramas fértiles, por debajo de las brácteas, también son caedizas, de forma que cuando madura el fruto la ramilla florífera puede encontrarse vacía de brácteas y hojas (foto 13). Todo esto tampoco lo hemos encontrado descrito en ninguna publicación que hayamos leído hasta ahora.
12. Cistus ladanifer subsp. ladanifer en la Dehesa de Las Yeguas, Puerto Real
A fuerza de insistir, en estos últimos meses hemos dado con los datos que nos han permitido solucionar el enigma. Primeramente hemos encontrado y leído el artículo “Cistus ladanifer L. subsp. africanus Dans., un nuevo taxon para Andalucía Occidental” de Pablo García Murillo y Manuela Palacios, publicado en Acta Botanica Malacitana en el año 1998 y en el que sus autores demuestran no solo que dicha subespecie habita en la provincia de Cádiz, sino que no es tan escasa ni tan exquisita en sus exigencias como se creía. En él dan cuenta del hallazgo de una población de Cistus ladanifer subsp. africanus cerca del Tajo de Las Figuras, en el término municipal de Benalup, sobre areniscas. A raíz de esta observación los autores revisaron y renombraron una serie de pliegos de herbario, lo que les llevó a nuevas citas de esta subespecie en Cádiz.
13. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en la Vereda del Grullo
El segundo factor que nos ha hecho replantearnos definitivamente las jaras de Roche es que el pasado mes de abril visitamos los acantilado del Cabo San Vicente y vimos in situ ejemplares de sulcatus, llegando a la conclusión de que no eran de la misma subespecie.
14. Cistus ladanifer subsp. sulcatus en Cabo San Vicente
De vuelta, nos fuimos a ver los ejemplares de la discordia y no tardamos en darnos cuenta del detalle que se nos había pasado por alto: las jaras pringosas de Roche tienen hojas con rabillo (fotos 15, 16). A toro pasado puede parecer una falta de rigor por nuestra parte no habernos dado cuenta antes, y es más que posible que lo sea, pero en nuestro descargo hemos de decir que el asunto no era tan fácil como pueda parecer. Baste pensar en los años que se han necesitado para descubrir Cistus ladanifer subsp. africanus en la provincia de Cádiz, habiéndola recorrido gran cantidad de botánicos más experimentados que nosotros.
15. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
Descubierto el pecíolo de las hojas, otros detalles confirmaban la identificación: en Flora iberica se califica a Cistus ladanifer subsp. africanus de arbusto poco viscoso y es evidente que los ejemplares de Roche son mucho menos viscosos que los de las otras dos subespecies, y también se reconoce en esta publicación que pueden tener hojas ovales con los nervios bien visibles en el haz, como las que nos hicieron pensar que habíamos encontrado ejemplares de la subespecie sulcatus.
16. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
Una vez identificados las jaras pringosas de Roche nos fuimos a ver otras poblaciones más al interior de la provincia, como por ejemplo la que hay en la Vereda del Grullo, en Conil, o en los alrededores de Naveros, confirmando que se trataban de la misma subespecie. De hecho, en las últimas semanas solo hemos podido confirmar como pertenecientes a la subespecie ladanifer a los ejemplares de la Dehesa de Las Yeguas, y estos tienen particularidades que lo apartan de los estándares de la subespecie, como por ejemplo la menor anchura de las hojas con respecto a los valores medios (foto 12). 
17. Cistus ladanifer subsp. ladanifer en la Dehesa de Las Yeguas
A fuerza de observar jaras hemos llegado a apreciar detalles que parecen haber pasado desapercibidos, o al menos no hemos encontrado publicados, en particular los relativos a las brácteas que hemos denominado como foliosas. La parte inferior, ensanchada y no foliosa, tiene pelos similares – peltados y estrellados – a los de las brácteas superiores en los ejemplares que hemos visto de las tres subespecies, pero solo en los de la subespecie mauritianus (llamémosle así a partir de ahora) hemos encontrado cilios en el margen (foto 18).
18. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
En la subespecie mauritianus se aprecia un estrangulamiento entre la parte basal y el segmento folioso (fotos 8, 18, 19) que en las subespecies sulcatus o ladanifer no existe (fotos 3, 7, 10, 12). En los ejemplares de la subespecie mauritianus que hemos observado predominan aquellos en los que el segmento folioso es obtuso y tiene una forma elíptica u oblanceolada, lo que nos hizo pensar en las hojas de la subespecie sulcatus cuando aún no habíamos caído en el detalle de las brácteas.

19. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
Una de las conclusiones es que la subespecie mauritianus es más abundante de lo que se creía en la provincia de Cádiz, e incluso es posible que sea la dominante en vez de la ladanifer, pero sería necesario comprobarlo y  para ello habría que revisitar todas las poblaciones de la provincia. Queda la duda de las preferencias de suelo de la subespecie: terrenos ultrabásicos en Málaga y areniscas en Cádiz.
20. Cistus ladanifer subsp. mauritianus en Roche
En cuanto a los ejemplares de Roche que dieron origen todo este lío, el porte bajo y la mayor frondosidad pensamos que se debe al efecto del viento, como en el caso de los sulcatus de San Vicente, aunque no tenemos claro el asunto del suelo; la piedra ostionera es caliza, pero en los acantilados de Conil está cubierta por un espesor variable de tierra roja, que pensamos es de carácter ácido. Pero esto, así como el resto de las incógnitas, tendrían que determinarlo los expertos; nosotros, como aficionados, ya hemos llegado hasta donde podíamos con nuestras observaciones.

4 comentarios:

  1. Interesantísimo!!!! Lo que da si una planta tan común...

    Salu2

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  2. Ahora mismo he pasado por los de Roche que me asobraba mucho. Nunca había visto antes un ladanifer cerca de la playa y tan bajo. Entonces ésta aclaración después de mucho trabajo solventa muchos de mis preguntas. Entonces voy a llamarle ssp mauritianus hasta que venga otra solución.
    Muchas gracias!

    Axel, Zahora

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    1. Ante todo, me disculpo por la tardanza de la respuesta, pero últimamente tenemos un poco abandonado el blog. Como a tí, nos llamó la atención la presencia de estos ejemplares de Cistus ladanifer tan cerca de la costa, pero también algo en su aspecto que los hacía diferentes a los que habíamos visto antes. Tardamos varios años en dar con los detalles distintivos y con las publicaciones adecuadas para valorarlos, y en juntar las piezas que nos llevaron a identificar la subespecie mauritianus. Somos aficionados y tenemos asumido que algún día un especialista nos corrija, pero mientras tanto estamos satisfechos con nuestras conclusiones.
      Un saludo.

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