Argyrolobium zanonii subsp. zanonii

Es una planta perenne de la familia de las leguminosas (Leguminosae) que adopta la forma de una  pequeña mata de menos de medio metro de alto. Sus flores amarillas tienen la típica forma “papilionácea” de la familia, y casi toda la planta está cubierta de pelillos cortos y pegados a la superficie, que le dan un brillo plateado a algunas partes, como el dorso de las hojas o los frutos, de ahí su nombre popular de “hierba de plata”.

Argyrolobium zanonii subsp. zanonii

Ortiz y Talavera dicen en la obra Flora iberica que habita entre 100 y 1400 metros, distribuyéndose por el Sur de Europa y Noroeste de Africa, y dentro de la Península Ibérica abunda en la mitad oriental, mientras que es rara en la occidental. Eugenio Domínguez comenta en Flora Vascular de Andalucía Occidental que la especie crece en zonas de matorral sobre suelos calcáreos, y se distribuye por la Campiña Alta gaditana, así como en la Subbética sevillana y cordobesa.

Tan escasa distribución en la provincia de Cádiz resulta inexplicable a la luz de la bibliografía botánica disponible. Cuando se investigan las citas existentes de Argyrolobium zanonii aparecen artículos como el Catálogo florístico de la Sierra de Grazalema, aparecido en 1978, en el que su autor, Rigueiro Rodríguez, ubica la especie en la Sierra de la Silla y en la Garganta Seca, ambas localidades en Pleno Parque Natural de Grazalema. Posteriormente, en 1982, Aparicio y Cabezudo la citan en la Sierra de Líjar, en el término municipal de Algodonales. En el libro Flora del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, Aparicio y Silvestre la sitúan en varios puntos del Parque y en la Sierra de Líjar. La primera edición de esta obra apareció en 1987, justo el mismo año en que se editó Flora Vascular de Andalucía Occidental.

Argyrolobium zanonii subsp. zanonii

Tenemos que remontarnos al siglo XIX para encontrar más citas de Argyrolobium zanonii en Cádiz, pero a cambio encontramos más diversidad de localidades. Una vez más Pérez Lara resulta imprescindible. En la continuación de la cuarta parte de Florula gaditana la incluye como Argyrolobium argenteum y enumera observaciones de Clemente y Cabrera en Chiclana, Alcalá de los Gazules y Medina Sidonia - la dos primeras de ambos y la última de Clemente solo -, y una más de cosecha propia en la Sierra de Las Cabras, entonces en el término de Jerez de la Frontera y actualmente en el de San José del Valle.

Argyrolobium zanonii subsp. zanonii

La publicación de Pérez Lara es de 1892, pero aún podemos encontrar un referente anterior en el artículo Genisteas y Antilideas de España y Portugal de Miguel Colmeiro, publicado en 1873. En él el taxón que nos ocupa aparece como Chasmone argentea, y además de las citas de Clemente y Cabrera que ya hemos mencionado, se incluye otra de Clemente en  Jerez de la Frontera y una más de Dufour en la inmediaciones de Cádiz.

Nuestras propias observaciones confirman la presencia de Argyrolobium zanonii en el Litoral gaditano y Campiña Baja, después de un siglo sin observaciones en estas zonas. La mayor parte de los ejemplares los hemos encontrado en el término de Puerto Real, en pinares como los de Las Yeguas, Los Ojuelos y Miramundo, en vías pecuarias como la Cañada Real del Camino Ancho o la Cañada Real de Medina por Venta Catalana, y junto al arroyo Zurraque. También tenemos otra cita de Chiclana, cerca de la laguna de Jeli, y una más en Tavizna, en Benaocaz.

Frutos de Argyrolobium zanonii subsp. zanonii

De toda la bibliografía consultada, solo en la segunda parte del tomo VII de Flora iberica, publicado en 1999, aparece esta planta como subespecie zanonii de la especie Argyrolobium zanonii; en el resto de las publicaciones - salvo en la obra de Pérez Lara y en el artículo de Colmeiro, como ya se ha dicho - la hemos encontrado como Argyrolobium zanonii a secas. Lo único que hemos podido averiguar a este respecto es que en 1986 se describieron tres subespecies más: fallax, grandiflorum y stipulaceum, presentes todas en el norte de Africa pero no en la Península, así que suponemos que de aquí proviene el hecho de que el taxón presente en Cádiz, y en el resto de la Península, sea subespecie de una especie más ampliamente distribuida.